Hemos superado el Black Friday, el Cyber Monday y, en un abrir y cerrar de ojos, las Navidades. Pero no debemos perder el foco en lo que está por llegar: el periodo de rebajas de invierno. La farmacia ha de seguir preparada para las semanas posteriores de ofertas y promociones puesto que, de realizarlo bien, conseguirá importantes beneficios, tan básicos como retener o aumentar el número de clientes. Nuestra misión no es otra que la de ayudarte a sacar la máxima rentabilidad a tu farmacia, motivo por el cual creemos de vital importancia centrarnos en una técnica que hará que las ventas de la farmacia durante las rebajas sean mayores de lo esperado: el visual merchandising

Nuestro cerebro trabaja constantemente recibiendo información a través de nuestros sentidos. Ya lo comentamos a priori en nuestro post sobre el Audiomarketing: somos, esencialmente, seres sensoriales. Y es la vista el sentido por el que percibimos tres cuartas partes de esa información. Siendo esto así, cuidar el aspecto visual de la farmacia resulta de suma importancia y es, en este punto, donde entra el concepto de visual merchandising.

«La farmacia ha de prepararse para las semanas de rebajas puesto que, de realizarlo bien, conseguirá importantes beneficios»

Pero, vayamos por partes: ¿Qué es el visual merchandising? Es una herramienta que aplica en el punto de venta una serie técnicas comerciales dirigidas a incrementar las ventas, motivar la compra y satisfacer las necesidades de nuestro cliente, en definitiva, de seducirlo. A través de un diseño cómodo, lógico y ordenado de la farmacia acompañado de una presentación atractiva de los productos y aplicando técnicas que mejoren su presentación visual, podemos potenciar el atractivo de nuestros artículos y, en definitiva, hacerlos más deseables.

Colocación del producto en la farmacia

Sin embargo, no debemos perder esto de vista: ¿cuántas veces has visto a tus clientes paseando por la farmacia sin prestar atención a algunos productos? Lo que ocurre es que su cerebro, al igual que el del resto de personas, es estimulado por un exceso de información, y al entrar en la farmacia, pasean, miran, pero no hay nada lo suficientemente llamativo que les llame la atención, dicho en otras palabras, en ningún momento se dan cuenta de todo los que les estáis ofreciendo. 

El cerebro discrimina y organiza la información. Para conseguir colarnos dentro de su información filtrada, el visual merchandising nos da una lección: en el mundo visual en el que vivimos solo aquello que se nos presenta de manera atractiva llama nuestra atención. Y nos enseña que son tres los elementos principales con los que tenemos que jugar para que el cliente que entra en nuestra farmacia se fije en los productos que nos interesan: iluminación, tamaño y ubicación.

Iluminación 

La luz artificial no solo nos sirve para ver, sino también para destacar unas zonas sobre otras. Si queremos que algo llame la atención, iluminémoslo para destacarlo del resto. Y para reforzar aún más este contraste, también debemos incorporar el uso de la gamma de colores. Por ejemplo, podríamos incluir en nuestra farmacia una góndola de algún material o color dispar al principal con una luz específica e integrada en ella para exponer producto estacional, un top ventas o nuevos lanzamientos. 

Tamaño 

Sin duda alguna, los elementos más voluminosos son los primeros en los que nos fijamos. Es lo que visualmente llama más la atención a nuestro cerebro. Por lo tanto, si nos interesa vender un producto determinado, además de nuestra conocida amiga Facing o unidad frontal de producto expuesto, existen otro tipo de técnicas para exponer un gran número de producto conformando, por ejemplo, una figura geométrica (triángulo, torre) o ubicándolo en una peana destinada exclusivamente al producto en cuestión. 

Ubicación 

Otro de los criterios que marca el visual merchandising es cómo nuestros ojos realizan una lectura del espacio. De manera vertical, la información que leemos más rápidamente, la de primer impacto, es la que se encuentra a la altura de nuestros ojos, seguida por la que está a la altura de nuestras manos. En general, tendemos a despreciar lo que está en el suelo y lo que se sitúa por encima de nuestra cabeza. De manera horizontal, la primera información que recibimos es la de la parte central, seguida de la parte derecha y, por último, de la parte izquierda. Por tanto, a la hora de organizar y distribuir los productos en la farmacia, tendremos que tener muy presentes estas bases.